Buzón de la plaza del Dr. Gómez Campana una mañana de finales de abrilEscribía este año con ironía Damián Giménez en una cuarteta del popurrí de su comparsa que aquí no pasa nada. No sé si con ironía o con tristeza. Cuando nada pasa, estas estridencias llaman más la atención pero pronto vuelve a no pasar nada y así se quedan. Así, superada la sorpresa quedan los colores que nadie quita porque, en realidad no pasa nada. Si decía la soleá que qué bonita estaba Triana cuando le ponían al puente de Isabel II banderas republicanas, aquí están los buzones desde el Cortijo Grande hasta la Pescadería coloreados con la reivindicación postal de los dos colores que complementan el huevo amarillo de los buzones. Por decir tres cosas que le puede haber parecido a la gente supongo que a unos les parecerá precioso, a otros un acto vandálico y a otros una aberración (cada cual aporte su parecer). Anacrónico, simpático, sucio, reivindicativo, cobarde, valiente. Todo a la vez. Pero a la vez de todos. Igual que aquellos enormes cubos rojos que aparecían/aparecen en los solares que hay que remover -como el de la calle Milagro que da a Arráez- pero al final, con la de cosas que pasan, no pasa nada. Es bueno protestar en Almería, no es eficaz pero al menos tu protesta perdura. Como la de Pepe, ese insumiso preso que tenía un amigo que le pagaba pintadas por las paredes como los sobrinos coronas a sus tíos difuntos. Aquí nadie te olvida, Pepe. A mi ya no se me olvida que Eli tuvo un novio despechado: 'Eli zorra' va camino del clásico como el 'no pasarán' madrileño. A mi me encanta esta rama callejera de las Bellas Artes de la pintura polvorizada cuando dice algo, cuando hay fondo, cuando tiene alma y un motivo el tirar de spray, aunque joda una fachada. O una pila de buzones. Que qué bonita está Almería cuando le ponen a sus buzones los colores que a cada uno le salen de lo que rima. Ya sólo falta que le pongan al puente del río buzones.
